La conocida artista, Consuelo Busto, procedente de Maracaibo, Edo Zulia, la tierra del sol y el petróleo. Dedicada al arte desde hace más de 23 años, es recordada entre sus amigas por sus habilidades para comer y hacer ricos dulces, soñó junto a Gloria la posibilidad de crear un local cerca de La Universidad del Zulia donde fueran los estudiantes y profesores a desayunar o merendar con dulces y tortas de la región mientras leían u observaban las exhibiciones de obras de arte que allí presentarían. “Jóvenes como éramos, pensamos en unir nuestros talentos para hacer un lugar grato para los universitarios y acercarlos al Arte.”, comenta Gloria.
Paradójicamente, Consuelo aún sigue como un militante en pie de lucha en su trabajo, a pesar de que ya le tocaba jubilarse hace dos años, con el objetivo de recuperar el edificio diseñado durante la época de Pérez Jiménez; el cual tiene un estilo que permite que todos sus espacios sean salas de exposiciones. Las rampas grandes rodeadas de paredes altas para colocar las obras que el público puede apreciar mientras transita, lo convierten en el sitio perfecto para reunir todas las escuelas de arte de la región.
Consuelo es una de las primeras estudiantes de ingresar al único diversificado en arte que había promulgado el presidente de esa época, Rafael Caldera. Todos los días de la semana desde las siete de la mañana hasta, a veces, las nueve de la noche, su presencia no se sentía mientras se ocupaba pintando o decorando.
Durante esa periodo, Venezuela no tenía tantos cursos ni carreras profesionales ligadas a la expresión artística, y las mujeres habían tenido muy pocas oportunidades para desarrollar su capacidades con el mismo alcance que los hombres, por eso la mayoría de las obras reconocidas eran producidas por ellos.
Sin embargo, Consuelo a sus 18 años, graduada de bachiller, decidió irse a Caracas para convertirse en profesional. Consciente de la dificultad de la mujer durante esa época para encontrar trabajo sin tener estudios superiores, se inscribió en el Pedagógico para formarse como profesora de arte y así tener oportunidades de expresar su pasión
Identidad artística
La constante producción de obras no equivale al éxito del artista, muchas veces su trabajo es poco reconocido y recompensado.
Aeropuerto «La Chinita» Maracaibo, Edo. Zulia. Vitral elaborado por la artista Consuelo Busto
Desde los 80 hasta el 2000, consolidar los estudios de arte en Venezuela fue un trabajo lento y difícil.
Su política sólo la basa en luchar por su pasión. No con violencia ni gritos. Consuelo quizás por su influencia indígena, no alza la voz, pues ¿Cuándo se ha visto a un indio gritar a menos que esté cantando un ritual?. Pero sí con un corazón solidario y leal: “Dentro de esa persona reservada está una tigresa que sale cuando se trata de defender lo que ama y a quienes ama”, afirma su amiga Gloria Carvajal.
Algo más que un hobby
Desde joven, Consuelo consolidó su pasión también en estudios: