Cuando se habla de la cocina austriaca, se asocia con la cocina vienesa y se olvida de que también los estados federales de Austria poseen una gran variedad de platos tradicionales.
Debido a la topografía austríaca y también a las múltiples influencias de los vecinos países, con los que una vez conformaron una gran monarquía. La preparación culinaria es tan diferente en cada región, merece ser mencionada y descrita.
No es posible, dar una imagen representativa de toda la cocina austríaca. La diversidad es simplemente demasiado grande. Las personas procedentes de América Latina que no posean una guía culinaria les será muy difícil conocer nuestras antiguas y tradicionales recetas, que en muchas regiones son platos diarios.
Asimismo, en estos tiempos modernos donde la comunicación ha permitido facilitar los conocimientos de otros países. Muchas de nuestras preparaciones culinarias han sido sustituidas o tienen influencias de lejanos países. Quedando de esta manera nuestra comida tradicional o casera en el olvido y/o se ha convertido en una exclusividad de alta cocina.
¿Qué es por lo tanto la llamada “cocina austríaca”?
Es un ejemplo de la diversidad intercultural que posee ésta, creando con ello “lo mejor” en especial en la “Cocina vienesa”. En ella, se reflejan la influencia de no menos de más de una docena de países. Pero, también, en otras regiones de nuestro país, se conglomeran y se funden las artes culinarias de varios países, logrando que la fama de la cocina austriaca vaya más allá de sus fronteras.
Una información detallada de la cocina tradicional austriaca, sus ingredientes, procedencia y platos la pueden encontrar en www.traditionelle-lebensmittel.at
Para nuestros visitantes de otros países les damos un pequeño ejemplo de la “Cocina Vienesa”
Desde el siglo XV a los nobles y ciudadanos de Austria les gustaba saborear la carne de res (vaca). Esta afirmación proviene de los tiempos del último Emperador de Austria (Francisco José, 1830-19169).
“Hervido de carne” (Ingredientes para 4 personas)
1kg de carne de res (vaca)
2 Huesos
3 Zanahorias
1 papa grande
½ Sellerie
Cilantro y Perejil
1 cubito
Coliflor
Sal y pimienta
Agua
Preparación:
Se pelan y se cortan las verduras se introducen en la olla con todos los demás ingredientes y suficiente agua. Se deja cocinar hasta que la carne este blanda.
La carne se corta en rebanadas y se acompaña con papas fritas, espinaca y una salsa de cebollín, rábano picante y manzana.
En la olla queda un delicioso caldo de carne.
Y ahora le servimos el famoso dulce “strudel de manzana” con el no menos famoso “Melange vienés”.
El café es una tradición en Austria, se toma a cualquier a hora y se prepara de diferentes maneras. Preferiblemente va acompañado de lo dulces, ya conocidos, de la pastelería vienesa.
No debemos de olvidar y de mencionar el vino de Austria, el cual tiene una tradición de mas de 2000 años.
Las áreas de mayor producción se encuentran en el este, sureste y sur del país, donde hoy sus vinos son reconocidos internacionalmente. En estas regiones, nos encontramos con muchos pequeños locales, que son llamados “Heurigen”, el nombre literalmente traduce “de este año” ya que allí son catados y consumidos los vinos que se producen en ese año, estos se acompañan con platos fuertes de la región.
Muchos de los platos vieneses se pueden acompañar con la cerveza, la cual es muy variada y de buen gusto.
Anécdota sobre el Hervido de carne “Tafelspitz”
Existe la siguiente anécdota sobre el Tafelspitz (Hervido de carne): en el famoso hotel Sacher de Viena, el creador de este plato tan suculento, mantenían por horas este hervido de carne, listo para ofrecerlo a los invitados del Emperador, que llegaban al hotel a saciar el hambre.
Se dice, que el Emperador Francisco José (1830-1914) era una persona rigurosa y sobria en sus gustos culinarios.
En sus banquetes formales, en los cuales eran invitados la nobleza y militares de alto rango, se ofrecían sólo comidas sencillas y modestas, preferiblemente el Tafelspitz, ya que el emperador gustaba de comer carne. El emperador comía rápido y poco. Según las normas de la etiqueta imperial , nadie debía de empezar antes o después del emperador. Por lo tanto muchos de sus invitados quedaban hambrientos. Al terminar la cena imperial se dirigían al Hotel Sacher, su dueña, Anna Sacher, les tenia el mismo plato, el cual se mantenía caliente desde horas antes, para alegría y delicias de los comensales.
Quellenhinweise:
http://www.traditionelle-lebensmittel.at/article/articleview/71563/1/26099/
Haslinger Ingrid. Tafelspitz und Fledermaus. Die Wiener Rindfleischküche. Verlag Mandelbaum 2005