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Gastronomía Boliviana

HEILIGER AJÍ

Uno de los componentes que vincula la gastronomía indígena con su cosmogonía es el ají, considerado un ingrediente sagrado en los Andes y en la Amazonia. No se puede concebir, sin la presencia del picante ; a la mayoría de los alimentos, sean estos crudos, hervidos, fritos o curtidos.

El ají, así como la coca, el maíz, la papa, el maní y los múltiples alimentos de origen precolombino están clasificados y ligados a un ordenamiento del mundo, …”a una cosmología que une a la persona a la sociedad y el universo y asigna al hombre su lugar y su conducta” (Mc. Mathias 2008).

Así cada elemento de la comida y la cocina está cargado de sentido y adquiere un valor de signo, un lenguaje en el cual, cada sociedad codifica mensajes que le permiten significar una parte de lo que  es.

El ají fue cultivado desde hace miles de años, restos de asentamiento humanos en territorios mayas y en las Andes de 7500 A.C. así lo atestiguan, también en el ajuar funerario era parte del mismo acompañar de ajíes a los espíritus con su sabor reconfortante , lo que testimonia el carácter sacro para nuestros pueblos.

En la cosmogonía incaica se lo considera un ser viviente sagrado, y en sus mitos de origen , se consigna a ocho hermanos cuatro varones y cuatro mujeres.

Los varones de nombre: Ayar Mallku, Ayar Kachi, Ayar Uchu y Ayar Auka representaban, cada uno, el entretejido de la vida con la sociedad incaica, así Mallku era la fuerza, Kachi la sal, Uchu el ají y Auka el guerrero.

Tanto la coca como el ají eran muy apreciados y en esa etapa histórica eran considerados como monedas para el trueque, de ahí no solo el complemento para hacer infinitas una reducida dieta andina y su inagotable capacidad para inducir a la alegría de la vida.

El ají se diferencia por su color, tamaño y poder pujante, el ají colorado (Luk`i wayka) , el ají grande y redondo (locoti), el menudo que quema mucho (chinchi wayka)  y el bravo (inu/massi).

Entre los ajíes bolivianos de mayor uso están los Huacareta, de un sabor extraordinario, asimismo los de Padilla y Azurduy, todos en Chuquisaca, en Cochabamba los ajís de Misque, en el Chaco boliviano tenemos a los de Yacuiba o Caraparí, en La Paz los de Palca y Mecapaca,  los aribibis del Beni, los chinchues de Santa Cruz  por nombrar los más conocidos. Además de su sabor que todo lo convierten en delicia, sus formas y sus colores incitan a la vista. En los mercados de la ciudad de La Paz /Chukiyawu Marka, Sucre, Cochabamba y Santa Cruz se expenden secos, en polvo y frescos, constituyéndose en un auténtico espectáculo visual y un espacio aromático.